(1-0)
MENORCA BASQUET – CLUB MELILLA BALONCESTO. (79-55).
Mate de David Navarro. Foto:menorca.info |
No hubo color. El Menorca Bàsquet conectó de
nuevo su apisonadora y aplastó anoche al Melilla en la primera entrega de esta
serie final por el ascenso a la ACB que sólo elevó su grado de incertidumbre en
el segundo acto. El equipo de Berrocal acumula siete victorias consecutivas en
esta segunda fase de la campaña. Ayer reiteró que ha llegado a ella en un
estado de forma asombroso, propiciado, en parte, por su amplitud de banquillo
frente a un rival corto de físico tras el desgaste acumulado. Esa fatiga y una
plantilla más corta que la de su rival le inhabilita para emparejarse al
baloncesto exigente que plantea este Menorca más próximo aún a su tercer
ascenso a la ACB del que sólo le separan dos triunfos más.
Así, ayer apenas si halló más oposición que la
relación de tiros libres anotados por los melillenses en el segundo cuarto
producto de una sucesión exagerada de faltas personales con las que castigaron
a sus jugadores. La final eleva todavía más el tono de los colores del Menorca
después de esta exhibición frente a un rival entusiasta de inicio pero sin
respuesta cuando se le vino la avalancha encima. La desigualdad en la
batalla se advirtió de salida. Apenas precisó un par de minutos el Menorca para
proclamar que el parón competitivo no le había afectado. Jiménez, pletórico,
tomó el mando director y ejecutor para quebrar la defensa en zona 2-3 ideada
por Gonzalo García, y descorchó el partido a lo grande. Un 7-0 fue el primer
parcial en el que abundó la superioridad en la pintura de Arteaga y Otegi
frente a Wachsmann y Manzano. Bas ataba en corto a Salva Arco y el Menorca
jugaba rápido y cómodo.El técnico melillense cambio de pívots y Berrocal inició
el carrousel de rotaciones para mantener la frescura del equipo que alcanzaba
su máxima renta a 1’30 del final del cuarto (26-16) tras el tercer triple de
Jiménez . Pero una canasta postrera más un triple sobre la bocina de Almazán
dejaron un sabor agridulce al primer acto (26-15).
Tapón de Odiakosa. Foto:melillahoy.es |
La reanudación tuvo como protagonista a la
pareja arbitral que cercenó la defensa intensa del Menorca castigándola con 10
faltas personales en este tramo y rompiendo el ritmo del partido. Desde el tiro
libre –hasta 16 veces lanzó el Melilla por ninguna el Menorca–, el equipo de la
Ciudad Autónoma, resguardado en la defensa en zona con alternativas, entró en
el partido. Marco movió mejor a su equipo que Riera, y Odiakosa aceleró las
prestaciones en la pintura al tiempo que el Menorca se veía cargado de faltas
ante la indignación del banquillo y la afición menorquines (33-26, a 3’50).
Berrocal paró el choque dos veces, devolvió a pista a Jiménez y Arteaga y pese
a un leve tirón (39-30), los tiros desde la línea de 4’60 contrajeron el
marcador hasta el 41-38 del descanso.
Esa indignación con la que el equipo se retiró
a vestuarios se transformó en una reacción fulgurante y rabiosa que derivó en
un tsunami de baloncesto nada más ponerse el balón en juego. Un parcial de 14-0
en cinco minutos, estirado al 19-2 dejó el partido visto para sentencia cuando
el marcador reveló el contundente 60-40. El Melilla se había quedado más de
cinco minutos sin anotar mientras Bas, Navarro, Arteaga y Urko lo hacían uno
tras otro hasta que la exhibición se cerraba con un portentoso 67-43 tras un
sonrojante 26-5.
Dos triples de Mar Blanch adornaron su
reaparición y acabaron de rematar la contienda nada más reanudarse el juego
(73-45). El Menorca rozo los 30 puntos de ventaja y García de Vitoria echó mano
de sus menos habituales para jugar los últimos diez minutos y dar descanso a
los otros. Mañana, segunda entrega de es ta final que parece monocolor.
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