sábado, 2 de febrero de 2013

LEB ORO | LAS AUTENTICAS VICTIMAS DEL FORÇA LLEIDA.


El vestuario el Força Lleida es una auténtica piña.
Foto:elcontraataque.es

No son un ejército de soldados sino un equipo de jugadores de baloncesto. No son 300 sino diez jugadores y un entrenador. No son mercenarios sino héroes. Força Lleida o el equipo de diez espartanos. Todos luchando por una causa perdida. Jugadores que han sufrido la estafa y la humillación en los últimos días. Los pusieron en el centro de la diana a conveniencia. Jugadores que ya no tienen ni el derecho a reconocer que les gustaría “ahorrar dinero” en una carrera profesional ya de por sí corta. Me pregunto que estaría pensando el capitán del equipo Miquel Feliu para atreverse a pronunciar esas palabras. El pecado de Miquel Feliu, reconocer que le gustaría ahorrar, suficiente motivo para emparedarlo y fusilarlo de cara a la opinión pública. La víctima contra la pared para dispararle por la espalda.

Son los diez espartanos de Lleida conjurados para sacar la temporada adelante. En un club formado de la nada para escapar de los embargos tributarios. Permitido por las altas instancias del baloncesto político de este país. Desde José Luis Sáez a Ferran Aril pasando por una Esther Queraltó mucho menos permisiva en su cargo de Secretaria General de la ACB. Todos miraron hacia otro lado. Un proyecto que era ya de por sí una locura. Sentar un precedente. Marcar el camino
hacia todos los equipos que pasan dificultades económicas, el no asumir sus obligaciones económicas sino la creación de otra sociedad para evadirse de ellas. Cuando lo más importante era evitar obviar algún detalle que más adelante pasara factura a los nuevos dirigentes. La fisura. El encontrar una mera coincidencia para ejecutar el embargo. Esta era la principal preocupación, el evitar la vinculación de sociedades. Evitar la fisura para que no acabara en rotura.

Diez espartanos que deben apelar a lo único que les queda, el honor. Tratados como trozos de carne que deben venderse por unas pocas monedas. Despreciados por todos. A nadie les ha interesado la situación, ni a los panfletos locales ni a esa autoproclamada prensa a nivel nacional con sede barcelonesa reconvertida en un vergonzoso periodismo de conveniencia. El periodismo del “no quiero líos, esto no le interesa a nadie”. Hablo del Segre como también de las grandes firmas del periodismo baloncestístico catalán.

De Xavier Pujol a José Ignacio Huguet. Descubrir la enfermedad del neceser también en la capital ilerdense. Lo necesario para llevar en la maleta de viaje. Periodistas que olvidan su profesión de interés público y de servicio al ciudadano para ponerse de rodillas ante los dirigentes.

Espartanos avocados a un desfiladero para ser víctimas del genocidio. Jugadores que son los únicos que pueden sostener este invento fraudulento. Competir por dignidad.

Ese es el espíritu de la fotografía que encabeza la noticia. Cuando la unión hace la fuerza, el espíritu de un equipo. Olvidándose de las monedas a pesar de ser tratados como carne. Lo único que les queda es el orgullo. Entrenar, callar, jugar y ganar. Sólo luchar. Juntos. Haciendo oídos sordos a las palabras de un presidente que públicamente les recrimina que “con 1.000 euros tienen suficiente para vivir en los tiempos que corren”. Cuando lo importante no son los problemas personales sino el dinero. El sentir que su rendimiento en la pista no lo vale sino lo cuesta.

Despreciados y hacerles sentir culpables. Que sólo valen para matarse en una pista de baloncesto. No sirven para nada más. Inútiles. Despreciando el sacrificio de toda una carrera llena de obstáculos en la que no todos tienen la suerte de llegar a lo más alto. De ahí el chantaje. El presentar unos contratos no firmados por los jugadores en la Federación Española de Baloncesto, hacerse las víctimas y obligarles a renegociar los contratos con una reducción del 15%. Un presidente como Felix González que se hace el sorprendido e inexperto en la gestión de clubes de baloncesto pero que a la vez es el delegado en Lleida de uno de los bufetes de abogados más prestigiosos de este país como es Cuatrecasas. Utilizar la carne como un mercader y escupirla si no se puede vender.

En este asunto desafortunado un José Luis Sáez  que en lugar de pronunciarse públicamente por y para los jugadores muestra apoyo y comprensión a la cúpula del club en uno de los capítulos más fraudulentos en el mandato del presidente de la Federación Española de Baloncesto. Pepe el Papa despreciando a los fe(b)ligreses. Salvar la doctrina del método FEB o esos euros recaudados en las arcas federativas para competir en la LEB Oro. La cara oculta de un sistema porque no ganan medallas para fomentar la propaganda.   De la misma manera que el pueblo cree en la religión pero cuestiona más a la Iglesia  los fieles siguen creyendo en un nuevo baloncesto pero cuestionan al Edificio de Bronce. Los fieles tienen ahora mismo, en los diez espartanos de Lleida, el símbolo a esa resistencia para evitar posicionarse en el ateísmo. Entonces ya no serán diez los que luchan serán más de 300. Ya dejan de ser jugadores anónimos para ser unos héroes. Cuando el trozo de carne recibe la eternidad después que le hayan escupido. Ellos, los diez espartanos de Lleida, tienen ahora la última palabra. Cuando el sudor derramado es más valioso que la saliva malintencionada.

Artículo:elcontraataque.es
@elcapitaenciam

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