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| Feb.es |
El sainete acabó con final feliz. El Bàsquet Mallorca, después
de un verano protagonizado por el esperpento en sus actuaciones, en sus
continuos incumplimientos a la hora de afrontar tanto los plazos como de
presentar la documentación requerida por parte de la FEB para que pudiera
participar en categoría nacional, finalmente ha recibido el placet de la
Española para que pueda participar en el grupo B de la liga EBA.
El azar en forma de grupo impar, así como la
predisposición por parte de la Federación Española a que el club inquer – uno
de los pioneros de la liga LEB – no desapareciese del espectro deportivo, ha
facilitado – y mucho – la supervivencia de una entidad cuya trayectoria en los
últimos meses en los despachos ha estado marcada por el caos.
►Se premia el
incumplimiento. Cabe analizar el hecho
de que otras entidades deportivas que participan en categoría nacional como son
el Palma Air Europa (LEB Plata) y el Opentach Pla (EBA) se lo han tenido que
‘currar’ para cumplir en plazo y forma con lo indicado por la FEB, a riesgo de
no ser inscrito – al menos en la teoría – en la competición si no cumplían con
lo prestablecido. En el caso del Bàsquet Mallorca, aún siendo una alegría
deportiva el hecho de que no desaparezca del mapa baloncestístico nacional y
balear, se ha ‘premiado’ justo lo contrario. En otras circunstancias, hace
semanas que la entidad de ‘es Raiguer’ ya sería
historia.
►Indignación. Todo ello viene a colación del estado de indignación
supina que tienen los dirigentes de ambas entidades con los entes federativos.
A ellos se les exigió hasta el último papel, y en plazo y forma. Evidentemente,
de eso no puede ni hablar ni contar el Bàsquet Mallorca, porque ha sido justo
todo lo contrario. Y en este sentido, terminos como 'injusticia', 'agravio
comparativo', etc. traslucen de sus manifestaciones, siempre dejando bien claro
que deportivamente es beneficioso que el Bàsquet Mallorca subsista, pero sin
estar de acuerdo en las formas y proceder final.
►Tiempo límite y empezar de la nada. Ahora toca empezar de cero, con el tiempo límite – tan
solo dos semanas – para armar un equipo para salir en competición. Que sea
competitivo será cuestión casi de la divina providencia o del buen hacer que
pueda desarrollar su técnico, un Xavi Satre al que nunca se agradecerá lo
suficiente todo lo que ha aguantado en los últimos meses, y que encima se preste
a entrenarles en una categoría que por prestigio deportivo para nada le
corresponde.
Noticia:basquetbalear.com
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