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No sólo en Girona se vive la incertidumbre de saber si la próxima temporada se
podrá mantener o no el equipo de la LEB Oro. En
una situación idéntica o, quizás, incluso peor, está el León y el Mallorca, que
a estas alturas tampoco tienen claro qué futuro les espera. En el caso de los primeros, esta es
una semana clave: el Ayuntamiento, el accionista mayoritario, debe hacer
público un informe sobre la deuda real que arrastra (cifrado en torno a los 2,5
millones de euros) ya partir de ahí decidir qué camino seguir. El agujero, sin embargo, es tan grande
que parece muy difícil que se pueda seguir a la segunda división del baloncesto
español y, por tanto, el futuro es en categorías inferiores (EBA) o
directamente cerrar una entidad con 32 años de historia. En Mallorca la incertidumbre también
existe tras una temporada en la que ni jugadores ni técnicos han cobrado ni un
euro. Los clubes tienen hasta
finales de junio para resolver sus impagos (y en caso de no hacerlo, se
ejecutan los avales de 218.000 euros que deben presentar a principio de curso),
también a finales del mes que viene se deben formalizar las inscripciones ante
la Federación.
En Girona la incertidumbre continúa a pesar de que un grupo se está moviendo
para intentar salvar el San José y, por otra parte, la directiva actual intenta
encontrar soluciones para rebajar al máximo la deuda acumulada esta temporada (
han recibido ofertas para vender la plaza). Después
de un mes de mayo sin noticias, los acontecimientos se han de empezar a
acelerar en junio, cuando se podrá aclarar si es viable salvar el club y, en
caso de serlo, en qué categoría debe militar en su primer equipo.
Menos dramáticos que los casos de Girona, León y Mallorca, pero también con
algunas incertidumbres, están los casos de Lleida, Tarragona, Cáceres y
Palencia. El club del Segrià, que
no mantendrá Ricard Casas en el banquillo, no ha hecho ningún movimiento en la
planficació de la nueva temporada porque aún no tiene el tema económico
resuelto. El otro representante
catalán hizo el pasado verano una especie de "fusión fría" entre el
CBT y el ADT para poder seguir compitiendo en LEB Oro, pero a pesar de que se
ha salvado la categoría, el invento no ha funcionado y de nuevo cada entidad ha
tomado su camino. Ahora hay que
ver cómo afectará esto las subvenciones. Si
el Ayuntamiento mantiene la ayuda al CBT es posible que pueda mantenerse en la
LEB Oro una temporada más.
El Cáceres, que quedó fuera de la final en el quinto partido contra el Melilla,
también vive momentos económicos complicados. Se dudaba de que en caso de ascenso a la ACB se
pudiera subir, y ahora, después de haber reavivado la pasión por el baloncesto
en la ciudad, se quiere unir esfuerzos para, como mínimo, no perder la segunda
división. En Palencia,
donde apenas reciben ayudas públicas, no anunciarán si salen a competir hasta
que tengan garantizado el presupuesto, aunque todo apunta a que sí lo podrán
hacer. El Menorca, que se jugará
el ascenso a la ACB con el Melilla, se lo juega todo a una carta e incluso
ascendiendo seguirá necesitando el apoyo de las instituciones. ¿Quién ha subido pero no sabe aún si
podrá jugar en la máxima categoría es el Canarias de Albert Sàbat, que tiene
hasta mediados de junio para encontrar los 4,5 millones de euros que le hacen
falta.
Por el otro lado, el de los clubes que no deben tener ningún problema para
competir en la categoría, está el Burgos, el Clavijo y el Breogán, que ha
sufrido algunos retrasos en el pago de los jugadores y técnicos pero que ya se
está moviendo para planificar el curso que viene. El primer paso ha sido renovar el
técnico gerundense Pepe Rodríguez.
Noticia:diaridegirona.cat
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