(3-0) MENORCA BASQUET – GRUPO IRUÑA NAVARRA. (65-55).
Entrada acrobática de David Navarro. Foto:menorca.info. |
Tres triunfos separan solo al Menorca Bàsquet del
que sería su tercer ascenso a la ACB en ocho años. Es el justo premio a la
sorprendente forma en la que ha llegado el grupo de Berrocal al play off
después de fulminar ayer al Grupo Iruña Navarra al que ha dejado fuera de
combate por la vía más rápida posible. Ni la ausencia de última hora de Marc
Blanch, con un esguince de tobillo, mermó la condición de un equipo lanzado,
hambriento y sabedor del método preciso para rentabilizar sus recursos
plurales, sin excesiva brillantez pero con efectividad, ante enemigos más
limitados. Y así sucedió en un partido que no tuvo historia y que pone al
Menorca en la final ante Cáceres o Melilla con el factor pista favorable. Mejor
escenario para intentar el asalto a la Liga de las estrellas, imposible.
Fue monocolor el
primer acto del choque dada la neta superioridad menorquinista ante un enemigo
que accedió a la pista apocado, cohibido. Intensidad defensiva, ritmo elevado
de juego y dominio del rebote marcaron las coordenadas sobre las que Berrocal
asentó su estrategia. Y le dio resultado aunque fuera más en la sensación que
en el marcador final (16-10). El Menorca superó al Navarra en todas las aristas
del choque, Arteaga, primero, y Coppenrath, después ensombrecieron a Starosta,
que nunca pudo con ellos, y el cuadro de Pamplona no halló otra manera de
perforar el aro menorquinista.
Un parcial de 11-2
en los cinco primeros minutos de juego determinó la superioridad local. Jareño
ya había pedido su primer tiempo mientras el Menorca cazaba un rebote tras otro
e imponía una velocidad frenética al debate. Solo los errores reiterados de
Navarro y Coppenrath en lanzamientos relativamente cómodos impidieron que el
marcador tuviera más amplitud al final del cuarto (16-10).
Berrocal movía
continuamente el banquillo para mantener frescos a sus hombres, cuidar el ritmo
alto de juego y dominar el rebote ahora con la ayuda de Matalí. Así fue también
el segundo acto cuando la ventaja se incrementó hasta los 14 puntos (28-14).
Jareño probó con dos bases, Uriz y Sanz, y devolvió a pista a Starosta junto a
sus cuatro ‘pequeños’.
Pero la dinámica
del juego, más trabado y poco efectivo, se mantenía afín a la táctica
menorquinista. Dos triples de Morentín y Bas pusieron la máxima diferencia en el
luminoso (34-17) a 2’20 del descanso, que logró recortar Uriz con dos acciones
individuales (36-22).
La única
oportunidad que tenía el Navarra para invertir el desarrollo de los
acontecimientos pasaba por una salida intimidatoria que le aproximara en el
marcador al reanudarse el juego. Pero no sucedió así. Más al contrario, el
Menorca demostró que ya sabe mantener la regularidad durante todo un encuentro
al contrario que en el campeonato regular.
A través de un
juego coral en el que Berrocal cedió dosis de protagonismo a todos sus hombres,
salvo el lesionado Blanch, el equipo mantuvo a raya a su rival. Arteaga aburrió
a Starosta y Jareño ya no halló más soluciones en su banquillo porque éste
tampoco daba para mucho más (47-28 a 4 minutos del final). El partido
estaba liquidado como bien intuían los entusiastas aficionados menorquines
jaleando cada posesión de los suyos (52-34, al final del cuarto).
El tramo final
sobró y sirvió para que el Navarra maquillara el tanteo y acabara 10 abajo, una
diferencia ficticia porque el Menorca entró en la gran final por la puerta
grande. La ACB le espera.
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